¿Descansas bien? ¿Duermes lo suficiente? ¿Consigues un sueño reparador y de calidad? Si respondes afirmativamente a todas estas preguntas puedes considerarte afortunado/a. Existen muchos tipos distintos de alteraciones en el patrón y calidad del sueño, la OMS reconoce hasta 88 a tipos distintos de trastornos del sueño, el insomnio, que es el más frecuente, está presente de manera transitoria en un 40% de la población de cualquier país occidental.
Aunque el insomnio es el más destacado entre los problemas de sueño, no solo la falta de sueño puede ser un inconveniente, la excesiva somnolencia o hipersomnia es igualmente molesta e interfiere con el desarrollo normal de las funciones diarias. Así mismo las pesadillas recurrentes, los terrores nocturnos o el sonambulismo pueden estar presentes en el adulto danto lugar a noches de sueño alterado y no reparador.
Las razones detrás de las alteraciones del sueño son muy diversas: desde razones puramente biológicas hasta razones psicológicas: estrés, depresión, ansiedad y falta de control sobre la preocupación. Pero al margen de su causa los problemas de sueño pasan factura en el estado anímico y capacidad de concentración durante la vigilia, restando calidad de vida a quién los sufre.
Realizar una buena valoración de caso es especialmente importante a la hora de dar respuesta a estás problemáticas, la atención suministrada por un equipo multidisciplinar es una buena apuesta de cara a la intervención porque permite abordar las distintas causas y combinar distintos acercamientos a nivel terapéutico.
